25 de septiembre de 2010
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Pero aunque el resultado final fue holgado a favor del local, la realidad es que el Tetra no jugo nada bien. ¿Cómo un conjunto puede ganar por 30 puntos y no ser netamente superior? Porque Olivos se le plantó con los dientes afilados, pero finalmente Hindú pudo resolver el entuerto gracias a sus jugadores más talentosos, como es el caso de Belisario Agulla, autor de tres tires, quien fue el máximo responsable de que su equipo se termine quedando con el partido.
Pero a pesar de obtener los cinco puntos, el local no se pudo asegurar aún un lugar en la semifinal. ¿Por qué? Porque en la primera forma de desempate (resultado del partido entre ellos) los tres acumulan una victoria y una derrota (Hindu 21 vs. SIC 32, Hindú 27 vs. Belgrano 20 y SIC 11 vs. Belgrano 20). Y ante esta situación de paridad, la segunda opción para desigualar pasa a ser la diferencia de puntos a favor y en contra en dichos partidos. Y ahí es donde Hindú queda tercero, porque tiene -4 contra los +2 del SIC y Belgrano (quedaría primero el Marrón por haber derrotado a la Zanja).
Pero volvamos al partido. El equipo de Don Torcuato comenzó muy firme e inmediatamente se fue encima de su rival. A los tres minutos, Olivos intentó salir del asedio que sufría en su propio ingoal y optó por intentar tirar la pelota al line. Sin embargo, el viento cruzado dejó la guinda dentro del campo, con tanta mala fortuna que la misma cayó en las manos de Mateo Iachetti, quien sólo tuvo que tomar la ovalada y correr escasos metros para apoyar.
Ante la desventaja, los de Munro no se achicaron y, con más voluntad que juego, ganaron metros en el campo de juego. A los 14, lograron empatar momentáneamente el tanteador tras una muy buena combinación entre forwards y backs, que terminó con Tomás Aso firmando una factura de cinco.
Inmediatamente respondió Hindú, y en nueve minutos anotó tres tries. Primero fue Belisario Agulla tras verse beneficiado por el pique tras un drop; luego fue Joaquín Díaz Bonilla, después de en una gran acción individual en la que cortó la defensa por el centro, y más tarde fue Lucas Toro, tras un ataque de varias fases. Un aluvión en el juego y en el marcador para estirar a cifras que parecían definitivas: 22 a 5.
Pero no las fueron, porque Olivos sacó a relucir su amor propio sabiendo que no tenía nada para perder. Y, aunque si bien emparejó las acciones, le faltó categoría para plasmarlo en el marcador, en especial porque su pateador, Juan Cruz Viney, que falló más de las que convirtió, no tuvo una tarde afortunada.
En la segunda mitad, Hindú pareció olvidar por 20 minutos todo lo bueno que sabe hacer y Olivos lo superó por todos zonas y formaciones. Y semejante amor propio del visitante vino con un premio bajo el brazo: dos tries autografiados por Fernando Ilher y Eric Maroni, para dejar la chapa 22 a 18. En ese momento el visitante merecía pasar la frente, pero Viney no estuvo fino y, en ese lapso, falló dos penales y dos conversiones.
Pero claro, el gigante en algún momento se tenía que despertar, y lo hizo. Ojo, no es su juego colectivo, pero sí en lo individual: Gonzalo Feijóo, a los 20, y Francisco Díaz Bonilla, dos minutos más tarde, estiraron la ventaja y dieron un duro golpe a la moral de los de Munro.
Pero la ofensiva del local no terminó ahí, porque Belisario Agulla, a los 32 y a los 40, brilló en todo su esplendor para facturar dos tries más y, de esa forma, llenar su ficha personal con un hattrick.
“No fue un buen partido, no tuvimos buena concentración ni buen primer tackle”, resumió Nicolás Fernández Miranda tras el encuentro. Sin embargo, Hindú ganó y se acercó al objetivo de clasificar directamente a semifinal. Para Olivos quedó la agradable sensación de haber podido jugar de igual a igual, a pesar de quedar fuera de los seis primeros puestos.
Intermedia: Hindú 35-19 Olivos.
Pre-Intermedia: Hindú 81-21 Olivos.
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